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An Medina

Lo que es para ti aunque te quites, y lo que no aunque te pongas…



“No puedes hacer que nadie te ame sino dejarte amar, lo físico atrae, pero la personalidad enamora, y quien no valore lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido…

Recuerda, a veces a quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias

Un día comprendí que un silencio vale más que mil palabras que tomar una mano no significa atar un corazón, que no se debe correr detrás de alguien que siempre huye de ti, que el amor te lo deben demostrar, no se debe mendigar y, cuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo ni donde estén, o con quien estén, tarde o temprano se encontrarán… Cuando ames a alguien y sientas

que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar… Aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado, quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega… Simplemente: NO TE MERECE”- Cristian Testa

A veces sólo a veces debemos darnos cuenta que todo lo que nos sucede es para cambiar de camino y encontrar un mejor destino.

Y es que muchas veces no entendemos que los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación, dejar ir, soltar, desprenderse. Como dice lo dice Coelho en su escrito cerrando capítulos:

En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente; porque el pasado ya pasó y el futuro quizá nunca llegue.

Por ello el día de hoy te digo hay que saber identificar si eso que vives ahora te lo mereces en tu vida. No esperes que te devuelvan algo que diste, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tu, suelta el resentimiento.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si tú andas por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. Si puedes enfrentarlos ya y ahora, ¡hazlo!, si no, déjalo ir, cierra capítulos.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tú ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierre el círculo. Tú jamás serás el mismo, ni el entorno al que regreses será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por ti mismo desprender lo que ya no está en su vida. recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo “llegó” sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le repito, ¡nada ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Pero… Cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta. Y verás que será lo mejor que podrás decidir para tu vida.

Está claro que no es sencillo dar el paso, porque implica algo muy duro: asumir que una persona, una relación, debe dejar de formar parte del “aquí y ahora” para ser pasado. Las personas solemos aferrarnos mucho a lugares, a personas y a costumbres que, de algún modo, nos ofrecen seguridad.

Hay personas que son incapaces de dar por finalizada una etapa. El romper vínculos, el salir de la zona de confort supone encontrarnos de nuevo a nosotros mismos en soledad, y ello se ve a veces como una amenaza. Asumir que lo vivido debe aceptarse poco a poco y sin sufrimiento requiere tiempo. Nadie puede pasar página de forma rápida. Se trata de un proceso muy lento que implica varias etapas.

Decir en voz alta que no vamos a seguir adelante con la relación requiere valentía y, ante todo, sinceridad. Pero es lo que te traerá tranquilidad y te permitirá encontrar tu paz.

Y es que lo único que necesitas entender es que TÚ y nadie más que TÚ puedes darte esa felicidad, al abandonar ese camino porque sólo así vendrá un mejor destino.

An Medina

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