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An Medina

Dependencia Emocional



La dependencia emocional es un patrón que repetimos muchas veces en nuestra vida y somos incapaces de aceptarlo o darnos cuenta de lo que estamos haciendo con nosotros mismos.

Le damos un gran valor al amor idealizado de las novelas y Hollywod, arriesgando mucho de nosotros mismos por intentar sostener un amor idealizado.

Nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestras metas, nuestros proyectos, lo que nos gusta, lo que nos hace feliz, porque utilizamos todo nuestro tiempo y energía en la mera satisfacción del otro.

Palabras como: te quiero más que a mi vida, no puedo vivir sin ti, eres lo mejor que me ha pasado, probablemente se vengan en nuestra contra por no saber separar el enamoramiento de nuestro propio valor.

Y es que si bien es cierto la dependencia emocional tiene que ver con las necesidades emocionales de nuestra niñez, de situaciones del pasado, y buscamos satisfacer esas carencias con relaciones interpersonales dándole más valor al otro que a nosotros mismos.

Somos dependientes emocionales si percibimos que los otros están felices con nosotros, entonces somos felices, si los demás: Familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc., no nos aprueban, entonces sentimos que no valemos la pena y nos sentimos agobiados y deprimidos. Somos dependientes emocionales si sentimos un fuerte temor porque lo que digamos o hagamos pueda ofender a alguien y mejor evitamos los conflictos para no ser rechazados o marginados. Somos dependientes emocionales si decimos si, cuando realmente deseábamos decir no y nunca nos gusta contradecir en las discusiones de grupo por temor a molestar o incomodar, de modo tal que nos acomodamos a los planteamientos de la mayoría, así no pensemos de ese modo. En resumen somos dependientes emocionales cuando hacemos que nuestro bienestar esté en manos de otras personas de nuestro entorno.

Esta dependencia se da comúnmente cuando tenemos pareja, que trabajamos incansablemente por satisfacer a la otra persona, decimos yo lo doy todo, yo lo hago todo, doy la vida por él/ella, hago cualquier sacrificio, simplemente porque no nos imaginamos sin esa persona, pasando por encima de nosotros mismos.

Es importante aclararte que a cualquiera de nosotros nos gusta tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. En cambio, la persona con dependencia emocional depende del otro para sentirse feliz y satisfecho.

Una persona dependiente emocionalmente no sabe y no se permite estar solo/a, se deprime, no es capaz de disfrutar de su vida, ni de imaginar hacer algo diferente que pueda causarle felicidad, porque su relación con la otra persona tan sólo es un instrumento para sentirse bien.

El dependiente emocional, en su mayoría está cargado de insatisfacciones internas ya que siente entregar todo y que no recibe nada a cambio, y lo que no se da cuenta es que el otro no tiene nada más que entregar, el otro no puede llenar el vacío que siente por dentro, porque no es un recibir de la otra persona que necesita, lo que necesita es darse cuenta de que el único protagonista de su vida es él mismo.

Acá te voy a dejar ciertas características de un dependiente emocional para que así logres identificar si tú lo estas siendo.

  • Su felicidad se centra en una sola persona, no disfruta de otra cosa que no sea estar con quien cree amar.

  • Su alegría depende de cómo le tratan los demás y de lo que piensen de ella. Si se siente aceptada todo genial, pero como sienta que cae mal o que tienen mala opinión de ella, se esfuma la felicidad. Dependen en exceso de los demás para estar bien o mal.

  • Evitan a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos, le invade el temor a molestar o a ser rechazado.

  • Antepone el deseo de otros, al suyo propio, se siente como si no tuviera capacidad de decisión, su vida la manejan.

  • Solo se siente bien consigo mismo si se siente querido. Si no hay alguien a quien querer, se siente vacío, sin amor propio.

  • Le invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia. Ese miedo le impide disfrutar como debería de las relaciones.

  • Cae fácilmente en los chantajes emocionales, no soportaría que por su culpa alguien se hiciera daño. Sacrifica su felicidad para dársela a otros.

  • Prefiere sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a. No tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco siente que tiene la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quiere.

  • Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido.

  • El sentimiento de culpa está a menudo con ella. Siente que es el responsable de la felicidad de los demás, ya sea su pareja, familia, amistades, etc. Se siente con la obligación de contentar a los demás y si no lo hace se siente culpable.

  • Quiere tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderá. Se convierte en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Se obsesiona un poco con esa persona, deja de vivir su vida para seguir la del otro.

  • La persona está tanto en el centro de su vida, que sus amistades y demás pierden importancia para ella. Hay tendencia de aislamiento social, sólo le apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.

  • La relación genera ansiedad. La persona nunca está contenta porque quiere más, y sobre todo teme que la dejen, lo cual sería una catástrofe porque no se imagina la vida sin esa persona.

El factor principal de cualquier dependencia es una autoestima baja. Por lo cual es importante empezar a tomar cartas en el asunto y mejorar ese particular.

A todos nos gustaría tener una pareja ideal, personas a quien querer, etc… Pero una cosa es “necesitar” y otra muy diferente es “desear”. Cuando necesitas no funciona, porque si uno no se ama a sí mismo, tampoco podrá amar a los demás de una manera madura y sana.

Uno debe aprender a disfrutar de la vida sin pareja. Hay infinidad de cosas que hacer. Desarrolla tus habilidades, construye tu futuro y tu camino, dedica tiempo a lo que te gusta, viaja, disfruta de las pequeñas cosas, y sobre todo valórate y ámate como te mereces.

An Medina

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