“¿Haz cavado alguna vez un pozo en busca de agua?
Aunque estés cavando en el lugar correcto, al principio sólo encuentras tierra, rocas y basura. Después de mucho trabajo, encuentras el lodo, que dificulta el trabajo ensuciándolo todo.
Sientes verdadero deseo de abandonar la búsqueda. Pero, un poco más abajo, llegas al agua, aunque te decepciona al principio el ansiado líquido está muy sucio y contaminado.
Si eres capaz de insistir, y sigues cavando, llegarás al agua limpia, que brotará por fin desde el fondo, cada vez más pura”- Raj Dharwani.
Me gusta esta metáfora porque nosotros muchas veces en la vida intentamos seguir adelante y sonreír como si nada hubiese ocurrido, intentando ocultar ese dolor que te hace sentir cada vez más muerto en vida y sin ganas de seguir, pero aún así estás ahí, intentando no mirar hacia atrás para no volver a sentir todo lo que sentiste en aquel viejo pasado, en dónde estabas haciendo todo lo contrario a lo que ahora sientes y haces.
Cuando terminamos una relación nos sentimos exactamente así, sabemos que debemos superarlo, pero muchas veces no sabemos ni cómo empezar, aparte de ignorar lo que estamos sintiendo.
Y se trata simplemente de empezar a aceptar. Lamentablemente ya no volverás a hacer o a sentir nada igual con nadie más, al pensar esto logras percibir toda esta horrenda realidad, pero debes darte cuenta de que debes empezar a dejar fluir todos aquellos recuerdos, debes dejar ir tales pensamientos.
Sufrirás y llorarás lo que tengas que llorar y es así sólo así que te darás cuenta de que ya no queda nada más que tú contigo misma, y que de nada te sirve culparte, enojarte o menospreciarte por algo que aunque hubieses hecho lo que sea hubiese terminado igual.
Sólo cuando somos capaces de tocar fondo, de entender nuestro dolor, de ver el mensaje detrás de todo el asunto, es que logramos sanarnos a nosotros mismos, por eso la metáfora del pozo, porque para encontrar el agua cristalina debemos primero atravesar todo ese lodo que le envuelve.
Si lo comprendemos, si lo entendemos, si lo soltamos, si miramos el mensaje, un día sin darte cuenta todo caerá en su lugar y volverás a sonreír, aquel vacío en tu corazón empezará a sanar y entonces podrás mirar hacia atrás para que te des cuenta de todo el camino que has recorrido sola, que aquel viejo dolor desapareció, que ahora estás lista para que la historia se vuelva a repetir una y otra vez simplemente porque sólo nosotros somos los únicos capaces de traer las experiencias a nuestras vidas
¿Quién no ha perdido un amor? ¿Quién no se ha enamorado sólo? ¿Quién no ha perdido la razón por amor?
Todos absolutamente todos hemos pasado por eso, pero hacemos la diferencia con la manera como lo superamos y como empezamos a tratarnos a nosotros mismos.
Lo importante es empezar a entender que no es la otra persona en donde está nuestra felicidad, está en tus propias manos, en cómo te trates y en cómo tú mismo te hables.
Una vez que pongas tus pies en la tierra tu vida cambiará y cada día que transcurra será mejor que el anterior, te hará llorar pero de alegría a cada instante y te dirá lo perfecta que eres una otra vez, cuántas veces le sea posible.
Pero ten presente que para vivirlo vivirlo deberás superar el pasado, las heridas de esos viejos amores que sólo llegaron a hacerte una mejor versión de ti misma.
Nada sucede por casualidad o por suerte, cuando se cierra una puerta es porque seguro una nueva se abrirá, no tengas miedo al cambio, la soledad o la transformación porque es así que lograrás entender lo que la vida tendrá deparado para ti.
Siempre recuerda que: Si tú no te amas, nadie te amará… Permite que esta sea entonces una experiencia para empezar amarte.
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