“Si no te amas a ti mismo nunca podrás amar a alguien más. Si no puedes tratarte amorosamente no puedes tratar amorosamente a los demás. Es psicológicamente imposible.
Cualquiera que sea la manera en que estás contigo, así estás con los otros. Esta es una idea básica, acéptala. Si te odias a ti mismo odiarás a otros. Nunca alguien te ha dicho, “¡Ámate a ti mismo!”. La misma idea parece absurda: ¿amarse a uno mismo? La misma idea no tiene sentido: ¿amarse a uno mismo? Siempre pensamos que para amar uno necesita a alguien más. Pero si no lo aprendes contigo no podrás practicarlo con otros”- Osho
El tema de amarse a uno mismo es tan complicado como aprender a entenderlo porque no es fácil en primera instancia cuando nos decimos a nosotros mismos a cada rato todo aquello que nos falta, simplemente por ideas erróneas que creamos en nuestra cabeza.
Tus pensamientos te han dicho, condicionándote constantemente, que tú no tienes ningún valor. De todas las maneras posibles te han dicho, te han demostrado, que eres indigno, que no eres lo que deberías ser, que no eres aceptado así como eres. Hay muchos “deberías” que pesan sobre tu cabeza, y esos “deberías” son casi imposibles de satisfacer. Y cuando no puedes satisfacerlos, cuando no cumples esos objetivos, te sientes condenado sintiendo tristeza, decepción y en algunos casos un odio profundo surge hacia ti.
El primer paso para superar esto y sentirse de otra manera es: Aceptarte tal cual y cómo eres; suelta todos los “deberías”. ¡No lleves ningún “debería” en tu corazón! Tú no debes ser alguien diferente; no se espera que hagas algo que no es propio de ti. Sólo has de ser tú mismo. Relájate y sólo sé tú mismo. Sé respetuoso con tu individualidad, y ten el valor de plasmar tu propia esencia. No pretendas ser alguien más.
Cuando no estás intentando convertirte en alguien más, entonces simplemente te relajas; surge la gracia, se calma un poco la mente y empiezas a sentirte mejor. Entonces te llenas de grandeza, esplendor, armonía… Porque no hay conflicto interno. Ningún lugar a dónde ir, nada por qué luchar, nada que forzar, que imponer sobre ti violentamente. Te vuelves inocente y empezarás a sentir compasión contigo mismo.
Según Osho, en esa inocencia sentirás compasión y amor por ti. Te sentirás tan feliz contigo mismo que incluso si Dios viene y golpea a tu puerta y dice: “¿Te gustaría convertirte en alguien diferente?”, tú dirás: “¿Te has vuelto loco? ¡Soy perfecto! Gracias, pero no cambies nada de mí; soy perfecto como soy”.
La compasión surge cuando estás perfectamente centrado en tu ser. Tú dices: “Sí, así es como soy”. No tienes ideales que satisfacer. ¡Y de inmediato la plenitud comienza!
Las rosas florecen tan maravillosamente porque no están intentando convertirse en lotos. Y los lotos florecen tan maravillosamente porque no han oído historias de otras flores. Todo en la naturaleza marcha tan maravillosamente en armonía, porque nadie está intentando competir con alguien más, nadie está intentando convertirse en algún otro. Todo es como debe ser.
¡Sólo comprende este punto! Sólo sé tú mismo y recuerda que no puedes ser nada más, por más que lo intentes. Todo esfuerzo es vano. Sólo tienes que ser tú mismo.
Existen solamente dos caminos. Uno es rechazándote, pero tú seguirás siendo el mismo; o condenándote, pero tú seguirás siendo el mismo. El otro es aceptándote, entregándote, gozando, deleitándote, pero también tú seguirás siendo el mismo. Tu actitud puede ser diferente, pero tú siempre serás la persona que eres. Pero una vez que te aceptas, surge la plenitud.
Evidentemente tendrás cosas por las cuales luchar, si tienes un poco de sobrepeso, tiene solución, simplemente empieza a trabajar en bajar esos kilos de más, nada haces con quedarte lamentando los kilos si no actúas, si no haces nada por ti, cualquier cosa por la que te avergüences, sea lo que sea, tengas lo que tengas, tiene solución y puedes aprender a mirarlo distinto, aceptarlo y aprender a vivir con ello, porque es eso tan solo eso lo que te hace único y te diferencia del resto.
Las mises, modelos, cantantes trabajan duro para verse como se ven, porque se deben a su imagen y si te comparas ya estarás perdiendo la batalla, pero puedes hacer algo trabajar tan duro como ellos para sentirte bien si es que eso deseas, pero jamás podemos estar comparándonos con otros si no nos esforzamos de la misma manera.
Cuando realmente nos esforzamos por aquello que queremos para nosotros empezamos a amarnos a nosotros mismos porque dejamos los lamentos, los juicios y el rol de victima de lado.
Porque:
Amarse es escucharse. Atender y cuidar de tus necesidades.
Amarse es abrirse. Liberar los condicionamientos que te mantienen encerrada en ti misma y atrapada en sentimientos inadecuados.
Amarse es atreverse a ser quienes somos despojándonos de las máscaras que nos hemos colocado para agradar a los demás y conseguir su agrado.
Amarse es aceptarse con lo que nos gusta más, con lo que nos gusta menos, con todas nuestras capacidades y también con todas nuestras limitaciones.
Amarse es hacerse responsable de nuestra vida sin culpar a nadie.
Amarse es vivir presentes y conscientes de nosotros mismos.
Nada en esta vida es fácil, todo requiere trabajo extra de nuestra parte, si te avergüenzas de algo, trabajo, entiéndelo y supéralo... Y sobretodo empieza a Amarte.
An Medina