Cuando entramos en el mundo espiritual, o simplemente cuando empezamos a buscar la manera de sentirnos mejor con nosotros mismos nos encontramos con algo llamado meditación, nos lo venden como algo tan genial que queremos realizarlo a toda costa pero cuando vamos a la práctica nos volvemos un ocho.
Con este post la finalidad es poder empezar hacerlo, porque cuando estamos iniciando en la meditación nos encontramos con un gran enemigo y es nuestra mente.
Nos dicen que la mente debe quedarnos en blanco, pero nos damos cuenta de que es casi imposible lograrlo sin ninguna preparación previa. Y es que, algo que no sabemos es que nuestra mente genera alrededor de 60.000 pensamientos en un día y que aprender a educarla es una tarea progresiva.
¿Difícil? Difícil no es, sólo es cuestión de saber empezar con esta práctica, además te ayudará a conocerte a ti mismo y aprenderás un poco de dónde está aquello que te afecta, porque aprenderás a ver qué es lo que está sucediendo dentro de ti.
Generalmente, cuando empezamos esta práctica creemos que vamos a poder dejar nuestra mente en blanco y es justo ahí donde comienza nuestro gran error, porque si tu mente está acostumbrada al día a día es prácticamente imposible dejarla en blanco al menos un minuto, y aquí es en donde debemos entender que debemos entrenarla para lograrlo, pero no de una manera aburrida o estresante si no de una manera divertida y adaptada a tu día a día.
Para empezar sólo debes relajarte un poco y entender que existen MIL MANERAS DE MEDITAR, la única no es quedarse estático y pelear con tus propios pensamientos, simplemente porque a primera instancia nuestra mente no entiende qué deseas hacer.
Por eso la idea es que lleves a la meditación a cada actividad de tu vida cotidiana, para ello empieza a ser amable contigo mismo y permítete disfrutar ese proceso.
Coloca el grupo musical o cantante que más te guste, concéntrate en la canción, escucha cada nota, apréndetela y disfruta el momento, verás que en ese instante no existirá pensamiento que atormente y por su puesto te sentirás muchísimo mejor. ¿No hacen los hindúes lo mismo con sus mantras?
¿Quieres más ideas? Lee un libro, aquí de seguro dirás: no, imposible mis pensamientos no me dejaran concentrarme, entonces léelo en voz alta.
En todo caso, puedes adaptar la meditación en las cosas que te gustan hacer cuando te concentras y sobre todo cuando lo disfrutas, un ejemplo que siempre les doy a mis coachees es que les pregunto: ¿Cómo dicen que se sienten las personas cuando van a la iglesia? Más allá de que a ti te guste o no ir, a las que sí les gusta dicen que se sienten bien, en paz, con tranquilidad, ¿Por qué? Porque se concentraron en el sermón, en ese momento recibieron palabras de aliento y obtuvieron tranquilidad, su mente descansó.
Hemos dado con la clave: Permite que tu mente descanse.
Y es que pasa que en su mayoría las personas que se mantienen angustiadas, en procesos ansiosos, es porque no permiten a su mente un descanso y lamentablemente en la mayoría de los casos tiene mucho que ver con el tiempo libre.
Si empiezas a entrenar tu mente te darás cuenta que te sentirás mejor, las angustias, la ansiedad y los pensamientos repetitivos empezaran a disminuir, por eso procura tener espacios donde puedas oxigenarte un poco, realiza alguna actividad física o simplemente sal a caminar, realiza actividades que te gusten música o artes, y verás que cada una de ellas te regalará MIL MANERAS DE MEDITAR.
Luego de que tengas tus actividades con descanso para tu mente, si puedes empezar a asomar la idea de meditar, si es una meditación guiada, no te exijas tanto al comienzo, con 30 segundos es suficiente para iniciar, con la promesa de que irás incrementando consecutivamente, es decir, luego serán 60, 90,120…
Al empezar esta actividad verás que te sentirás muchísimo mejor, aprenderás a conocerte, a calmarte y sobretodo a sanarte.
Entendamos que todo es un proceso en esta vida y que con este procedimiento podemos crear nuestro propio espacio para iluminar nuestra mente.
An Medina