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Amor Tóxico... ¿Cómo salgo?



Muchas veces nos pasa que estamos en relaciones que quizás atenten contra nosotros mismos y ni siquiera sabemos identificarlo, estamos tan metidos en el problema que significa tener esta relación que ni siquiera somos capaces de ver más allá.

¿Quién no tiene un familiar o un amigo que está totalmente inmerso en una relación que ni le conviene ni le hace feliz y a la que todos ven poco futuro y mucho sufrimiento?

¿El problema?, que la otra persona no lo ve, no lo entiende y no hay manera de hacérselo ver. Esto es muy frecuente y de hecho es probable que nos pase a nosotros mismos, son estas relaciones de las que al salir decirnos: ¡Menos mal que al final salí y lo he superado! (cosa que solo se suele ver una vez fuera). Paradójicamente las relaciones tóxicas son las relaciones de las que más cuesta salir y que más enganchados nos dejan.

Quizás la mayor responsabilidad la tiene el “Amor Ideal” que nos vende la televisión y el cine y nos decimos, no importa por amor perdono todo, y no nos damos cuenta el gran daño que nos hacemos.

Ese amor ideal hace que te ilusiones con alguien que desde un principio bien sabes no va contigo pero albergas una falsa creencia de que la persona con tu amor va a cambiar, llegando a “enamorarte” de alguien que no conoces, y vuelves románticas cosas que en realidad no lo son, ideales no reales, con unas líneas muy finas entre por ejemplo un acoso y un admirador, sobre el dejarlo todo por una persona (perdiendo la independencia incluso), sobre saber que la persona es la ideal nada más verla pasar por el parque (esto puede ser algo obsesivo), etc…

Para que entendamos un poco más las relaciones tóxicas, son relaciones en las que quedamos atrapados por una especie de red negativa, no solo se refiere a relaciones amorosas sino que pueden ser relaciones de amistad o familiares.

Las relaciones tóxicas son aquellas que nos hacen sentir mal, cambiar de formas que no nos gustan, nos alteran de maneras que no podemos controlar o destruyen quienes somos. Son relaciones que nos hacen infelices. Y además de las que es muy difícil salir.

Típicamente son relaciones en las que una persona es dominante, o sumisa, o hay problemas de comunicación, manipulación, mentiras o chantajes. Son relaciones en las que una o ambas partes sufren pero a las que no sabemos poner fin.

Si sientes que estas en una relación tóxica a continuación te cito características de relaciones tóxicas, para que así logres identificar a tiempo.

1. Si solo una persona lleva la relación, la relación no es sana y no prosperará adecuadamente. A veces es fácil involucrarnos con una persona que tome el control de las cosas, puede parecer fácil y cómodo que cojan las riendas de nuestra vida, puede que notemos menos presión así. El problema es que esto no es opcional, es decir si tú le das las riendas de tu vida a otra persona, lo más probable es que pierdas el derecho a opinar sobre que hace con ellas. Cuando quieras recuperar el control será muy difícil y la relación empeorará. En estos casos la persona pierde autonomía, independencia, autoestima y autoconfianza. Las relaciones implican libertad e igualdad de responsabilidades para ambas personas, cooperación entre las dos personas implicadas. La relación será tan fuerte como sean los dos individuos por separado dentro de la relación. Habrá más crecimiento personal para los dos. Intentar controlar a alguien o que te controlen no lleva a ningún lado.

2. Por mucho que en las películas nos inculquen que cuando encontremos a la persona “IDEAL”, nos sacara de la miseria y el aburrimiento y nuestra vida cambiará y será maravillosa, nos elevará a un estado de plenitud y felicidad, lo cierto es que esto es algo que debemos conseguir por nosotros mismos y llevarlo luego a la relación. Una relación no debe servir o utilizarse para suplir carencias personales, esto hace que luego seamos dependientes y no recorramos el camino de crecimiento personal, no evolucionemos y mejoremos como personas por nosotros mismos, y queramos o no, es una responsabilidad y un peso muy grandes para la relación y la otra persona (si estamos mal es culpa de la otra persona y esperamos que ella lo solucione). Suelen ser relaciones en las que luego no se toleran separaciones temporales ni estar solos. No es la responsabilidad de nuestra pareja rellenar esos vacíos existenciales, es un trabajo personal de cada uno. Si no estás bien contigo mismo eso se verá reflejado negativamente en la relación. Uno debe crear su propia felicidad antes de poder compartirla con otros.

3. Cuando ambas personas necesitan de la aprobación del otro para llevar a cabo cualquier acción, priorizan las necesidades del otro sobre las propias. La otra persona siempre es la responsable de cómo nos sentimos, todo pasa por ella. Nos diluimos con la otra persona y la relación se vuelve adictiva. Si el otro se encuentra mal de repente nuestras necesidades personales desparecen y solo pensamos en hacerla sentir bien. ¿El mayor problema? Suelen llevar a una acumulación de resentimiento, aunque hayamos sido nosotros que hayamos decidido valorar las necesidades del otro por encima de las nuestras. La vida se convierte en mirar por el bienestar de la otra persona las 24 horas del día. Ambos miembros de la pareja deberían responsabilizarse de sus propias emociones y saber regularlas sin la ayuda del otro. Una cosa es ser de apoyo para otra persona y otra es estar obligado a todas horas. En este tipo de relaciones uno se siente obligado a estar cuidando a la otra persona y pasar todo por ella.

4. Cuando idealizamos. La perfección no existe, si amamos a alguien debe ser con sus defectos y virtudes. No es sano intentar “arreglar” a las personas o cambiarlas. De hecho cuanto menos esperes de alguien que amas más feliz serás. Las expectativas pueden ser muy traicioneras. Nadie actuará siempre como nosotros esperamos, no son nosotros y por lo tanto vivirán y actuaran a su manera. Vivir una relación por el “cómo debería ser” y no como es, lleva a frustración, sufrimiento y tristeza. No debemos tener expectativas grandiosas e irreales ni tampoco pensar que la otra persona puede cambiar (ni intentar hacerlo) para “mejorar” la relación.

5. Si estas en una relación en la que continuamente se te culpa por el pasado, la relación es tóxica. Si ambos lo hacen la relación se convierte en una batalla por ver quien la embarró más y por lo tanto quien debe disculparse. Cuando utilizas lo que ha hecho mal la otra persona en el pasado para justificar tu conducta en el presente lo que estamos haciendo es utilizar la culpa y el resentimiento para manipular a la otra persona (para que se sienta mal en el presente), aparte de perder de vista el problema actual. Al final la relación se convierte en un constante esfuerzo por ambas personas para probar que son “menos culpables” o menos “malos” que el otro, en lugar de intentar ambos ser mejores para el otro. Debes aceptar que para estar con alguien tienes que aceptar sus errores y su pasado. Si algo nos afectó tanto en el pasado, entonces ese era el momento para trabajarlo, no ahora. El pasado, pasado es, y pasado debe ser.

Lo cierto es que las relaciones de pareja son complicadas ya que debe permanecer en equilibro los intereses de ambos pero lo que debemos mantener claro cada uno de nuestros días es que nadie, ninguna persona tiene derecho a hacer nuestras vidas miserables y si sufres en una relación no es por amor porque si lo analizas desde afuera en ninguna relación se esta para sufrir o al menos así debes empezar a verlo.

¿Es difícil? Si, por supuesto que lo es, pero más difícil es pasar el resto de tu vida sintiéndote miserable y sin aprender a amarte a ti aunque sea un poquito.

Aprendamos a valorarnos y darnos el amor que nos merecemos y es así sólo así como veremos que nuestra vida podrá transformarse.

An Medina

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