“Los que no creen en la magia nunca la encontrarán.”- ROALD DAHL
¿Recuerdas tu infancia cuando veías la vida con admiración y asombro?
La vida era mágica y apasionante, y te emocionabas hasta con las cosas más pequeñas. Te fascinaba ver la escarcha sobre la hierba, una mariposa revoloteando en el aire, o cualquier hoja o piedra rara en el suelo.
Te llenabas de emoción cuando se te caía un diente, porque sabías que el Hada de los Dientes vendría esa noche, y contabas los días que faltaban para las noches mágicas de Navidad y de Reyes. Aunque no tenías idea de cómo Papá Noel y los Reyes podían llegar a todos los niños del mundo en una noche, de algún modo siempre lo conseguían, y nunca te defraudó. Los renos podían volar, había hadas en el jardín, las mascotas eran como personas, los juguetes tenían sus propias personalidades, los sueños se hacían realidad y podías tocar las estrellas. Tu corazón rebosaba de felicidad, tu imaginación no conocía límites, y tú creías que la vida era mágica.
Hay un sentimiento exquisito que muchos hemos experimentado de niños: que todo es bueno, que todos los días prometen más emoción y aventura, y que nada puede sabotear nuestra felicidad por la magia de todas las cosas.
Pero de alguna manera, a medida que nos fuimos haciendo adultos, las responsabilidades, los problemas y las dificultades hicieron mella en nosotros, nos desilusionamos, y la magia en la que creíamos cuando éramos niños se debilitó y desapareció.
Ésta es una de las razones por las que cuando somos adultos nos gusta tanto estar con los niños, para poder experimentar de nuevo ese sentimiento que una vez tuvimos, aunque sólo sea por un momento.
Estoy aquí para decirte que la magia en la que una vez creíste es verdadera, y que lo que es falso es la perspectiva desilusionada de la vida que tienen los adultos.
La magia de la vida es real, y es tan real como lo eres tú. De hecho, la vida puede ser mucho más maravillosa de lo que jamás imaginaste de niño, y es mucho más imponente, formidable y emocionante que cualquier cosa que hayas visto antes.
Cuando sepas qué has de hacer para producir la magia, vivirás la vida de tus sueños. Entonces, te preguntarás ¿cómo pudiste dejar de creer en la magia de la vida?
Puede que no veas renos volando, pero verás que lo que siempre has deseado se manifiesta ante tus ojos, y que te suceden las cosas con las que tantas veces has soñado. Nunca sabrás exactamente cómo se ha confabulado todo para que tus sueños se hayan hecho realidad, porque la magia actúa en el reino de lo invisible, y esa es la parte más emocionante.
¿Estás dispuesto a volver a experimentar la magia? ¿Estás dispuesto a sobrecogerte y asombrarte cada día como en tu infancia? ¡Prepárate para la magia!
Este es tan sólo un extracto del libro “La Magia” de la autora: Rhonda Byrne.
Comparto esto con ustedes porque muchas veces estamos tan sumergidos en los problemas, en lo malo en lo que no tenemos que nos olvidamos que nosotros mismos somos los que encendemos o apagamos esa luz y que podemos hacer que las cosas pasen o simplemente se transformen.
El día a día de la vida nos hace olvidar lo que queremos, lo que soñamos, lo que nos merecemos y muchas veces llegamos a conformarnos con lo que bueno nos tocó.
La vida es eso que tienes ahora mismo, y si decidimos apostar por nosotros, estaremos apostando por nuestro bienestar.