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El camino de la felicidad



“El camino hacia la realización personal es difícil y continuo”, nos dice Jorge Bucay

Lo principal es entender que aunque en ese momento no lo percibas, todas y cada una de las situaciones que viveste enseñan algo, incluso las negativas. A ser más fuerte, a saber que de esa forma que lo has intentado no sale bien, a quererte más...

Todo te enseña, todo te influye, y tú eres el que a fin de cuentas va a decidir cuando mires hacia atrás qué recordar de esa experiencia. Las experiencias realmente son neutras, nosotros somos quienes le ponemos la emoción.

La autodependencia, el amor, el dolor y la felicidad son los cuatro caminos que en si debemos recorrer para encontrar nuestra plenitud, ya que nos llevan al máximo de nuestras consciencias, aunque estamos claros que recorrerlo es lo más difícil que existe.

En este post les compartiré las mejores enseñanzas, a mi parecer, del libro del Autor: Jorge Bucay, quién nos invita a plantearnos una manera propia de vivir y a centrarnos en lo que necesitamos para encontrar la felicidad. Nos habla de la ilusión, el deseo, la acción y el desafío que hay que empeñar para descubrir quiénes somos en realidad.

De esta manera, encontrar la felicidad estará en nuestras manos, pues lograrla es fruto de una búsqueda personal e intransferible, de una postura de compromiso incondi­cional con tu propia vida.

  • Hay caminos que no se pueden esquivar:

  • El camino de la Autodependencia, el camino de la aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida.

  • El camino del Encuentro, el camino del descubrimiento del otro y del amor.

  • El camino de las Lágrimas, el camino de las pérdidas de y de los duelos.

  • El camino de la Felicidad, el camino de la completud y de la búsqueda del sentido.

  • No importa llegar, importa sólo el camino.

  • Todos, seguramente, podemos entrenarnos para ser más felices.

  • No encuentro una relación forzosa entre las circunstancias de la vida de la gente y su nivel de felicidad.

  • Si las circunstancias externas determinaran la felicidad, se trataría de un tema sencillo y no de un tema complejo.

  • Tres elementos principales:

  • Cierto grado de control y conciencia del intercambio entre nosotros y el entorno.

  • El desarrollo de una actitud mental que nos permita evitar el desaliento.

  • El trabajo para alcanzar sabiduría.

  • La mayoría de las personas hablan de la felicidad como si fuera un sinónimo de estar alegre.

  • No hay fortaleza mayor que la paciencia.

  • No hay peor aflicción que el odio.

  • La capacidad para cambiar la perspectiva es una de las herramientas más efectivas a nuestra disposición.

  • Tendemos a depender en vez de amar.

  • Es necesaria la libertad de la autodependencia para experimentar el amor. Es necesario el amor para experimentar el duelo de una pérdida. Es necesario el dolor de la muerte para superarla. Es necesario haber pasado por muchas muertes antes de encontrar el camino de la felicidad.

  • Las dificultades se nos revelan, pues, como etapas positivas de la vida, ya que son ellas las que nos permiten llegar a la felicidad.

  • Las pérdidas traen siempre aparejada una crisis en el individuo, pero no necesariamente una pérdida de la felicidad.

  • La palabra crisis es un término asociado injustamente con la negatividad. Tal vez esto se deba a que crisis significa básicamente cambio, y nuestra sociedad teme al cambio, prefiere mantenerse en el confort de la estabilidad. Lo diferente es temido y rechazado. Sin embargo, avanzar es siempre dejar atrás lo que ya no es y enfrentarse con otra cosa.

  • El único temor que me gustaría que sintieras frente a un cambio es el de ser incapaz de cambiar con él; creerte atado a lo muerto, seguir con lo anterior, permanecer igual.

  • Proverbio sufí: “Lo único que de verdad tienes es aquello que no podrías perder en un naufragio”.

  • Lo importante no es definir la felicidad de todos, ni qué debe significar para los demás. Lo importante, lo imprescindible es decidir qué significa la felicidad para cada uno.

  • No hay ninguna felicidad, y de eso estoy seguro, que se pueda obtener del escapar, y mucho menos de huir hacia el pasado.

  • No puedo… aunque me duela… no puedo hacerte feliz.

  • El deseo adquiere sentido cuando soy capaz de transformarlo en una acción.

  • Cada cosa que yo hago y cada cosa que decido dejar de hacer está motivada por un deseo, pueda yo identificarlo o no.

  • La mejor manera de pasar desapercibido, hemos aprendido de nuestros ídolos, es ¡pasar por boludo!

  • El desafío no es ser otro. El desafío es ser uno mismo.

  • H. L. Mencken defie al hombre verdaderamente satisfecho de su sueldo de la siguiente manera: “Alguien que gana 100 dólares más que el marido de su cuñada”.

  • Los rasgos se van exagerando, se acentúan cada vez más. Porque uno se va rigidizando con el paso del tiempo.

  • No nos enamoremos del potencial del otro, sino de lo que el otro verdaderamente es. Y mientras estemos juntos, alentémoslo para que lo deje salir cada vez más.

  • Si vivís satisfecho, tener más pierde importancia.

  • Paz interior no significa permanecer distante, desinteresado o vacío.

  • La regla del oso idiota. Si no puede obtener algo, no consigue sustituirlo y no quiere olvidarlo, la regla dice que usted es un idiota.

  • Si yo mejoro la Realidad, pero con ella subo proporcionalmente mis Expectativas, la Desdicha se mantendrá presente.

  • Las expectativas son la fuente principal de crisis para la edad madura en los hombres.

  • El riesgo obvio de asignar culpas y mantener una postura de víctima es, precisamente, eternizar nuestro sufrimiento, enquistado, anidado y latiendo en el odio; perpetuar el dolor potenciado por nuestro más oscuro aspecto: el resentimiento.

  • Los problemas, por sí solos, no provocan automáticamente el sufrimiento.

  • Muchos de los pacientes que he atendido perseguían el éxito porque sus padres sólo les demostraban amor cuando eran exitosos. Aprendieron, pues, a buscar el éxito para ser amados.

  • El amor adulto nunca es incondicional. Depende de lo que doy y de lo que recibo.

  • El dolor es un maestro, está allí para enseñarnos un camino.

  • No te compares: así evitarás que tu felicidad dependa de otros.

  • La maldad es el resultado de la ignorancia. Y la ignorancia, de la falta de educación. La maldad se combate con más y más y más educación.

  • El camino marca una dirección. Y una dirección es mucho más que un resultado.

  • La felicidad es, para mí, la satisfacción de saberse en el camino correcto.

  • Aunque el afuera no me deje ver la costa, si yo sé hacia dónde voy, nunca me interesa el lugar al que llegar, sino la dirección en la que avanzo.

  • Si la felicidad dependiera de las metas, dependería del momento de la llegada. En cambio, si depende de encontrar el rumbo, lo único que importa es estar en el camino y que ese camino sea el correcto.

  • En la vida, el rumbo lo marca el sentido que cada uno decida darle a su existencia.

  • Encontrar el sentido de tu vida es descubrir la llave de la felicidad.

  • Según Viktor Frankl, el hombre está dispuesto y preparado para soportar cualquier sufrimiento siempre y cuando pueda encontrarle un significado.

  • El propósito de nuestra vida ha de ser claro para poder tomar la decisión correcta.

  • Los grandes grupos de sentidos de vida no son muchos. Los que buscan el Placer. Los que buscan el Poder. Los que buscan la Trascendencia. Los que buscan el cumplimiento de una Misión.

  • La misión, cuando no es una meta, se vuelve sentido de vida antes de que pienses en cumplirla. Porque te da un rumbo.

  • Un error frecuente e interesante es el de aquellos que, en este punto, sostienen que su camino-misión es “educar a los hijos”.

  • Si ustedes no le pueden dar un sentido a la vida, su vida quizás deje de tener sentido.

  • Tal vez ni sepas por dónde empezar a buscar el camino, pero lo que importa es no detenerse.

  • Sólo puedo disfrutar de aquello que puedo aceptar tal como es.

  • Es más difícil encontrar a alguien que pueda disfrutar lo que disfruto, que encontrar a alguien que sea capaz de padecer todo lo que padezco.

  • No nos hemos encontrado para sufrir juntos, sino para caminar juntos.

  • Vos elegís hacia dónde y vos decidís hasta cuándo, porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo.

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