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An Medina

El precio de tu juicio



Cada día de nuestras vidas lo pasamos juzgándonos a nosotros mismos y sobre todo juzgando a los demás.

Y es que no nos damos cuenta que el mayor motivo para emitir tales juicios vienen de nosotros mismos, sí, de nuestras frustraciones y de todos esos monstruos internos que albergamos dentro.

Los juicios, son un virus que poco a poco se han ido extendiendo en el común de las personas, basados en creencias culturales, religiosas y hasta emocionales. Nos hacen ver todo aquello que nos falta y que detestamos en nosotros mismos y simplemente vemos reflejado en los demás… y el juicio que emitimos a otro, muchas veces es aquello que nos atormenta porque carecemos de ello.

Es impresionante ver, la facilidad con la que se juzgan y se critica a las personas, nos dejamos llevar por las apariencias, los chismes y malos entendidos.

No es poco frecuente juzgar a los demás conociendo poco de ellos. Pese a que no nos gusta que nos juzguen de manera incorrecta, es habitual juzgar a otras personas todo el tiempo. Nos juzgan y juzgamos constantemente, incluso muchas veces sin darnos cuenta del daño que hacemos. Lo peor de todo es que pasamos tanto tiempo juzgando a los demás, que muchas veces no invertimos el tiempo necesario en mirarnos a nosotros mismos y reconocer nuestras propias limitaciones.

Todas las personas nos equivocamos y cometemos errores así que cuando tengas ganas de criticar y juzgar primero observa tu interior y te darás cuenta que no somos mejor que esa otra persona.

Recuerda siempre que las cosas NO SON como las VEZ…Detrás de ellas hay mucho mas de lo que pueden juzgar tus ojos.

Estoy segura de que si estás aquí leyendo este post es porque quieres y deseas ser una mejor persona cada día por ello te dejo aquí algunos tips para dejar de juzgar a los demás y eliminar a esos pequeños monstruos de tu cabeza.

Debemos pensar antes de actuar

Muchas veces nos dejamos llevar por lo que nos dicen las apariencias externas y otras muy pocas veces nos dejamos llevar por corazonadas. Es importante que nos detengamos un momento entonces y aceptemos la situación tal y como viene, sin emitir juicios y sin causar daño.

Un día sin juzgar

Esta es una linda terapia que podemos regalarnos a nosotros mismos podemos decidir y comprometernos con nosotros mismos a pasar un día sin juzgarnos y sin juzgar a nadie más, la experiencia será única porque descubrirás dentro de ti una sensación de compasión y de agradecimiento satisfactoria.

Debemos empezar a entender que nada ni nadie es perfecto

Intenta ser más tolerante con los demás. Puede que no apruebes algo de que alguien ha hecho, pero ¿tenía que pasar no? O mejor aún ya pasó… Así que vive y deja vivir. Todo el mundo se equivoca, no es bueno juzgar a los demás porque pienses que tú lo harías de otra manera. Todo está en el mensaje y en la nueva etapa de la vida que debamos atravesar.

Todos somos diferentes

Siguiendo con el punto anterior, no todo el mundo es igual. La cultura, la familia, los amigos, la religión, la educación que recibimos, es distinta a la del otro. Todos tenemos una historia diferente que contar. Solo porque a ti no te guste algo no significa que esté mal.

Cambia en ti lo que no te guste del otro

Si en vez de pasar más tiempo juzgando y criticando a los demás, pasaras más tiempo observándote a ti mismo, te darías cuenta de que tú tampoco eres perfecto. Si entiendes que todos nos equivocamos, es posible que seas más tolerante con los demás.

Siéntete bien contigo mismo

Cuando somos capaces de entendernos mejor y aceptar tanto nuestras virtudes como nuestros defectos, no solamente desarrollamos una mayor compasión hacia nosotros mismos sino también en general hacia los demás.

Apertura mental

Ser una persona con una mente abierta y tolerante dice mucho de ti. Mostrar una actitud positiva hacia los demás facilita mucho la comunicación.

Las apariencias engañan

Pensar u opinar sobre alguien, tanto para bien como para mal, sin saber absolutamente nada de él, sin conocerle, sin darle una sola oportunidad, está mal. Hay que tomarse un tiempo para conocer bien a las personas antes de emitir juicios sobre ellas.

El juicio te daña

A nadie le gusta que le juzguen de manera incorrecta. Si no te gusta que te lo hagan a ti, no se lo hagas a los demás. Es la regla de oro y todos deberíamos respetarla.

No tienes la razón

Al juzgar a los demás, aunque creas que posees la verdad absoluta, eso no es cierto. Las cosas suceden por muchas causas y muchas veces no sabes ni la mitad de la historia.

Debemos empezar a entender que somos un mensaje en la vida de alguien más y si alguien te molesta, te irrita, te hace emitir juicios y hasta cambia tu estado de ánimo es porque esa persona está despertando esos monstruos internos que debemos dejar de alimentar.

El juicio es alimento para los monstruos de tu interior, mejórate a ti mismo y verás que las ganas de juzgar irán disminuyendo y tu cada día te sentirás mejor contigo mismo.

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