“Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales. Dentro de ti esta siempre el secreto, dentro de ti están todos los secretos. Aún para abrirte camino en la selva virgen, aún para levantar un muro, aún para tender un puente, has de buscar antes, en ti, el secreto. Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes están cortadas dentro de ti las malezas y lianas que cierran los caminos. Todas las arquitecturas están ya levantadas, dentro de ti. Pregunta al arquitecto escondido. Él te dará sus fórmulas. Antes de ir a buscar el hacha de más filo, la piqueta más dura, la pala más resistente...entra en tu interior y pregunta... Y sabrás lo esencial de todos los problemas y se te enseñará lo mejor de todas las fórmulas, y se te dará la más sólida de todas las herramientas. Y acertarás constantemente, puesto que dentro de ti llevas la luz misteriosa de todos los secretos...”- Amado Nervo.
Y es que es dentro de ti que sucede todo, porque de nuestra manera de pensar y actuar dependen mucho nuestras situaciones y aquí me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento ante tus problemas y retos. Estoy hablando de tu actitud. Es decir, de cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.
Por ello hoy he listado algunas cosas que sólo dependen de TI y que te llevan por el camino.
Deja de Resistir... ACEPTA
Acepta lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces, no puedes cambiar -al menos no tan rápido como te gustaría. En ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.
Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede. Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo. Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.
En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar? ¿Qué puedes dejar de resistir?
Que quede claro: no estoy sugiriendo que te resignes. Tú puedes aceptar las circunstancias actuales -simplemente por el hecho de que en este momento, son esas las circunstancias- y a la vez elegir cambiar lo que está en ti modificar.
No te resignes… Mira las oportunidades
Así como es importante aceptar, también es fundamental aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro. Esto es lo que hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor situación.
Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cuál sí tienes injerencia y te es posible llevar a cabo.
¿Qué oportunidades puedes aprovechar?
Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de sentirte al efecto pasas a experimentarte como causa.
Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.
Deja de evadir… Asume
¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?
Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable. El reto-y la esencia de la madurez-está en asumir lo que es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad que tienes para cambiar las cosas.
Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes lo que te corresponde te adueañas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.
No sólo desees… ACTÚA
La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias.
¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?
Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés. En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.
Por ejemplo, si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta mediática, qué tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte. Te apuesto algo: el mundo no va a cambiar porque tú dejes de ver, escuchar y leer noticias; pero tú salud mental sí puede beneficiarse enormemente de una adecuada dieta mediática.
¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para sentirte mejor?
¿Qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?
Deja de preocuparte… Ocúpate
El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.
Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control. Hagamos lo que hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas.
Entonces, ¿qué caso tiene preocuparte por aquello que escapa de ti?
¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto? Entonces ponte en acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.
Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento. Pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.
Se agradecido con lo que está
Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.
¿De cuántas cosas podrías estar agradecido en tu vida?
La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes -para continuar avanzando hacia tu éxito y plenitud- en vez de aquello que te hace falta.
En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido y tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades, aprendizajes, momentos, oportunidades, amores. talentos, fortalezas, conocimientos.
¿Qué podrías agradecerle a la vida en este momento?
Confía
¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?
¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la primavera?
¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?
¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter y la capacidad del otro?
Confiar o no confiar. La decisión es tuya.
Deja de aferrarte a lo malo… Empieza a ver lo bueno
Como decía Henry Ford, "si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto". En ti está elegir conscientemente apostarle a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.
El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede suceder. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes enfocar en lo que realmente deseas: el éxito.
No es simple pensamiento positivo. No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser. Apuesta a ti. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el proceso. Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible. Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti, en el otro y en el proceso.
Ya lo que queda es apostar a ganar… y llevar tus decisiones a la acción.