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An Medina

Entendiendo al Duelo



A veces sólo a veces las situaciones llegan a nuestras vidas para entender que todo Pasa, nada se queda, porque todo debe Transformarse, y por eso debemos aceptar la muerte de las cosas, las personas, las relaciones, las flores, los sueños…

Lo principal que debemos aprender es que a pesar de todas estas tragedias, siempre nos va a quedar la voluntad, esa no se muere, no se marchita, no se aleja, al contrario, te sana, te llena de energía y te hace ir en busca de cada uno de tus sueños o quizás encontrarte contigo mismo/a.

Y es ahí justo ahí, donde nos volvemos inmortales, porque cada día moriremos de ganas de hacer lo que no pudimos hacer ayer y si te pierdes, te caes o te lastimas entenderás que lo sucedido sólo llegó para transformar tu vida, por eso es momento de empezar a verle la otra cara al dolor para así encontrar su finalidad en nuestras vidas.

El duelo, duele por supuesto. Pero quien haya atravesado uno sabe que así como es inevitable entrar en la tristeza, también de ella se sale. Atravesar un duelo es como entrar en un túnel, al principio se ve todo negro, parece que no hay salida, que no se termina, que todo allí es oscuro, que los sonidos retumban, pero a medida que se va avanzando se empieza a vislumbrar una luz al final del camino. Lo mismo sucede en el proceso de duelo. Si se lo atraviesa normalmente, se entra y luego se sale.

Pero muchas veces nos dejamos ganar por el dolor y entramos en el duelo disfuncional, que es cuando la persona queda atascada en alguna etapa del proceso o bien cuando su duración o intensidad son desmedidas. Podemos ver duelos patológicos por su aparición retrasada en el tiempo. Es decir, cuando la tristeza -o cualquiera de los otros síntomas- aparecen bastante tiempo después de generada la pérdida y donde aparentemente no se encuentra sentido o motivo a la tristeza en la actualidad de la persona porque el motivo de su tristeza esta atrás en el tiempo y no en el presente. Son duelos crónicos y se observan en personas que no logran recuperarse y “salir del túnel”.

No se trata únicamente de sentir duelo por alguna persona que falleció, ya que sin llegar a la situación de la muerte, hay otras realidades que son vividas como si lo fueran.

Una de ellas son las separaciones o divorcios que suelen ser acontecimientos de un impacto emocional tan grande que muchas veces genera duelos difíciles de elaborar pues en la separación son varias las aéreas de la vida que se ven modificadas. Desde la rutina cotidiana donde necesariamente deben cambiar las tareas y funciones que uno tenía en la pareja y familia. Por ejemplo, las madres que se quedan a cargo de los hijos que deben hacerse cargo de todas las tareas cotidianas, llevar y traer, cocinar y ordenar, hacer bañar y organizar la tarea escolar de los hijos así como contenerlos en la tristeza producto de la ruptura familiar. Además, tienen la necesidad de incrementar los ingresos económicos, enfrentar a la sociedad en forma individual, ir a reuniones familiares o con amigos sola, en cuanto a la identidad ya no es la “señora” de nadie y deberá volver a utilizar el apellido de soltera en lugar del de casada.

Una vez que entendiste tu duelo, superarlo es el siguiente paso, por ello te dejo aquí algunas consideraciones que estoy segura podrán ayudarte:

  • El duelo es un proceso individual pero es bueno atravesarlo acompañado.

  • Es importante y necesario hablar de lo que estás sintiendo en el momento. Busca ayuda profesional si lo consideras necesario.

  • Es necesario enfrentar el dolor para atravesarlo. No aguantes. Llora todas las veces que tengas que llorar.

  • Es importante poder despedirse de la persona fallecida. Si no hubo posibilidad de hacerlo en vida, es bueno crear algún ritual o situación metafórica para poder hacerlo, aunque sea en la intimidad de uno mismo.

  • Habilitar y dar permiso para la tristeza. Para poder salir de la tristeza, hay que poder entrar en ella.

  • Registrar qué necesitamos y poder pedirlo a nuestros familiares y amigos.

Y principalmente…

  • APRENDE A VIVIR CON LA AUSENCIA

Es empezar a aceptar tu realidad y entender que pese a que esa persona, cosa o situación ya no está más, tú sigues con vida y debes seguir con ella, y seguir adelante, porque si bien el dolor es fuerte tú debes empezar a serlo más que él.

En los momentos de mayor tristeza es importante no perder el sentido de la vida y poder pensar el futuro con esperanza.

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