Sé que es difícil entender este concepto, porque lo asociamos solamente con el concepto que tienen algunas personas de sí mismas, egocentrismo o narcisismo. Es más, en lo cotidiano, es difícil encontrar a mujeres y hombres que no defiendan su ego a muerte, porque el concepto que entienden de este es simplemente cuidar de su apariencia física, sin darse cuenta que este concepto va mucho más allá.
Ego, es aquello que conforma casi totalmente nuestro carácter y modela el pensamiento y forma de actuar. El ego, tiene mucho que ver con nuestras creencias, sociales y culturales, que recibimos desde la más temprana edad. El ego es, en esencia, un elemento importante que da forma a nuestra personalidad.
Pero un poco más allá del ego se encuentra el alma que, es el núcleo de la conciencia. En el alma se manifiesta con todo el esplendor la verdadera naturaleza humana, la legítima personalidad de un hombre. El ego no es más que una máscara que encubre al alma, relegándola a menudo a un segundo plano e incluso usurpando su natural soberanía. El ego no debería existir en nosotros, pero le damos lugar porque es nuestro mecanismo de defensa.
Como yo lo veo el ego y el alma son como la clásica imagen del angelito y el demonio, a ambos lados de la cabeza, tratando de inclinar la balanza hacia su lado. La imagen clásica de dibujos animados y películas.
Ilustración: Alberto Montt
Ego, es un concepto muy complicado de explicar, como sé que también es aún más complicado entenderlo, pero si me salgo de todas las teorías puedo decirles que el ego es la máscara que nos colocamos para protegernos, aumentar nuestro sentimiento de importancia y no sentirnos lastimados, y lo peor de todo es que entonces quizás el entorno no nos lastime pero si nos lastimamos terriblemente nosotros.
Existen millones de textos, videos, información vía web que pueden darte toda la información teórica acerca de este tema, yo no quiero entrar en tantos detalles, simplemente quiero que lo entiendas, por tal razón a continuación te citaré un ejemplo de cómo el ego quizás si puede hacerte exitoso y miserable a la vez cuando le permites que este pueda enmascarar a tu alma.
Creo que cada uno de nosotros alguna vez en nuestra vida, ha visto una película del señor de la foto a la izquierda, Chris Farley, que sólo hacía películas de humor físico sobre un chico obeso que se cae, se golpea, hace muecas… etc, cosa que hizo justo hasta el momento en que se detuvo el latir de su corazón.
El medio no tiene nada que ver con lo que a él le sucedió -como podrían asegurar muchos- la comedia en este caso sí, ya que es el subproducto de un tumor que creció dentro de él, porque ésta fue la máscara que él logró incorporar a su rota y maltratada alma.
¿Cómo se puede enmascarar el Alma con el Ego?
Este es el modo en que funciona para muchos de nosotros, quizás en circunstancias distintas a las de Chris, pero el resultado siempre es el mismo en nosotros.
A una edad temprana, comienzas a odiarte. A menudo es porque abusaron de ti, o porque creciste en un hogar con problemas, o fuiste rechazado socialmente, o quizás eras un poco gordo… lo que sea. No eres como los otros niños, a ellos no pareces gustarle, y usualmente puedes darte cuenta de ello a los 5 años de edad.
En algún momento, cuando eres muy joven, hiciste algo que hizo reír a los demás. Contaste un chiste o te caíste, y te diste cuenta que por primera vez, podías obtener una reacción positiva. No amor o afecto real, obviamente, sólo una reacción –una que es un avance del odio y de los mil pasos que te alejan de ser invisible. Algo que puedes controlar.
Pronto aprendiste que ser gracioso construye una muralla perfecta e impenetrable a tu alrededor, que impide que alguien se acerque demasiado y se de cuenta de lo mucho que sientes que apestas. Mientras más te odias a ti mismo, más fuerte debe ser la barrera y más lejos debes empujar a las personas de ti. En otras palabras, debes ser un mejor comediante.
En tus años formativos, te creas un segundo yo (uno falso) – un cómico que puede representarte en tu barrera exterior. Siempre está bromeando, siempre está motivado, siempre está llamando la atención para prevenir que alguien toque la muralla y vea a la persona real que está oculta detrás. Este fabuloso comediante es el alma de la fiesta, el payaso de la clase, el tipo sobre el escenario – muy diferente del “tú” verdadero, lo más posible. Nuevamente, la meta es crear distancia.
Lo haces porque si las personas odian al payaso, a ti no te lastima. Porque no es él tú verdadero. Eso te protege, y no te hace daño,
Pero el efecto secundario es que las personas aman al payaso… bueno, tú sabes la verdad. Y sabes lo distinto que sería todo si conocieran quien eres en verdad.
Pero hay más: los chistes que mantienen feliz al público – y que mantienen a la gente alrededor de ti – vienen de muy dentro de ti, y de un lugar muy doloroso. Te expones y examinas tus inseguridades, fallas, miedos – todo lo que hace el mejor combustible para el humor.
Aquí también podría citar el ejemplo de Robin Williams, que bromeaba sobre las adicciones – ya saben, la misma que lo mató, y en este caso Chris Farley basaba su actuación en lo gordo que era – algo que lo torturó y humilló desde que era un niño.
Sigo mencionando a Chris Farley por un solo motivo:
Al final, se encontraba tan solo que contrataba prostitutas sólo para acompañarlo. Por lo cual me permito dejarte como conclusión un resumen de cómo se dieron sus últimos días:
“Farley estuvo de juerga por cuatro días seguidos, fumó crack e inhaló heroína con una acompañante, luego la llevó a su apartamento. Cuando discutieron sobre el dinero ella se levantó para irse. El trató de seguirla pero colapsó en el suelo de la sala de estar, luchando para respirar. Sus palabras finales fueron “No me dejes”. Ella tomó fotografías de él, robó su reloj, escribió una nota diciendo que se había divertido mucho y se marchó. Farley murió solo.”- TMZ
No permitas que el Ego enmascare a tu Alma, no sólo tu afrontas cosas o situaciones difíciles, todos, absolutamente todos tenemos que hacerlo, porque eso es lo que nos ayudará a desarrollarnos como personas, recuerda siempre que estamos hechos de luchas, y nuestro deber es decidir siempre seguir adelante, así que no te crees personajes para sobrevivir sé TÚ el único protagonista de tu vida.
