
Toda situación que vivimos, primero la experimentamos en nuestro interior. Somos los creadores de nuestro destino.
En el universo todo es energía, y nuestra función es ser creadores de ella. Todos los pensamientos que tenemos en la mente, crean nuestro mundo en un proceso constante.
Cada situación y experiencia que vivimos, se originó con un pensamiento.
Si observas detenidamente cada uno de los aspectos de tu vida, tanto positivos como negativos, te darás cuenta de que todo tu mundo está fabricado por ti y que, cuanto más carga emocional pongas en un pensamiento, más grande será la vibración con la que lo crees.
Es importante estar atentos al movimiento de la mente y observar en qué pensamos durante el día; sobre todo en los primeros minutos luego de abrir los ojos en la mañana, y también antes de irnos a dormir.
Al darnos cuenta del poder de nuestras formas de pensar, tanto personales como colectivas, podemos comenzar a elegir a qué pensamientos daremos lugar. Qué pensamientos nos llevan hacia adelante en el camino y cuáles retrasan nuestro crecimiento; cuáles nos hacen sentir alegría y cuáles no, qué pensamientos crean la realidad próspera que queremos, y cuáles nos limitan a creer que no podemos lograrlo. Eso se llama crear a consciencia.
No estamos obligados a alimentar nuestra vida de pensamientos que duelen. Puede que los hayamos elegido en otro momento, pero si ahora nos angustian, enferman o quitan las ganas de existir; ya podemos empezar a sustituirlos por ideas más amorosas. Hacia nosotros mismos, los demás, la familia, el trabajo, el dinero, la salud, Dios, o lo que sea.
Por eso desde HOY, hazte la siguiente promesa:
De ser tan fuerte, que nada ni nadie pueda perturbar la Paz de tu Espiritu. De hablar de salud, progreso y felicidad a todos los que encuentres... De hacer sentir a tus amigos que algo grande existe dentro de ellos... De ver todo por el lado noble y hermoso, haciendo que tu optimismo sea sincero... De pensar solo lo mejor y esperar solo lo mejor... De tener tanto entusiasmo por el exito de los demas como por el tuyo propio... De olvidar los errores del pasado y luchar por las grandes realizaciones del porvenir... De llevar todo el tiempo un semblante alegre y tener siempre una sonrisa para todos... De emplear tanto tiempo en tu mejoramiento, que no tengas lugar para criticar a los demas... De ser tan GRANDE para la pena, tan NOBLE para la colera... tan FUERTE, para el miedo... que tu felicidad no tema la presencia del dolor... y asi el dolor desaparezca...
Entiende que en nosotros vive un poder ilimitado. Ese poder, si está guiado por una mente cristalina y conectada con la divinidad, puede lograr grandes maravillas. Y esto no es algo excluyente para algún “elegido”, porque es un don que todos tenemos.
Un pensamiento que cura, es un milagro; nada en el mundo sana como el amor. Y el amor sana al mundo.