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Cuando el alma se hace escuchar

An Medina


"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma...

Muchas veces...

El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora. El dolor de garganta "taponea" cuando no es posible comunicar las aflicciones. El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir. La diabetes invade cuando la soledad duele. El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta. El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan. El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar. La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable. Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas. El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza. La presión sube cuando el miedo aprisiona. Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza. La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad. Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega. El cáncer mata cuando te cansas de "vivir". ¿Y tus dolores callados?, ¿Cómo hablan en tu cuerpo?

La Enfermedad no es mala, te avisa que te estas equivocando de camino"- Bach.

Y eso es lo que pasa, que las enfermedades nos sanan y no nos damos cuenta.

Pero, nosotros nunca lo miramos de esa manera, porque si algo nos espanta y despierta todos nuestros miedos son las enfermedades.

Con lo mucho que hemos recorrido en el camino evolutivo y avanzado, los seres humanos aún juzgamos a la enfermedad con los peores calificativos que tenemos en nuestro idioma.

Pero, debo decirlo, las enfermedades son parte de nuestra sanación. Y por eso, no son imprescindibles, pero se vuelven necesarias cuando la vida nos pide cambios… y miramos para otro lado y no queremos realizarlos o asumirlos.

Toda enfermedad nos ofrece los síntomas que hablarán el lenguaje del alma. Pocas veces me he encontrado con que no haya un aviso de la vida a través de la enfermedad, ya sea en experiencia con mi cuerpo o con gente cercana.

La enfermedad siempre tendrá un sentido transformador en tu vida. Lo más probable es que la razón sea obvia y clara. La enfermedad llega como un llamado de atención de una parte de nuestra vida que está desatendida.

Por ejemplo, cuando me si sufres de ansiedad, es porque algo debes soltar. Desde la necesidad de tener razón y que la vida o las personas sean como tu quieres, a una atadura a algo que me carga demasiado y no puedo sostener. Ya sea de un trabajo, una situación o una persona.

Sería ideal que todos los seres humanos podamos entender el porque de la enfermedad porque para eso, no necesitamos mucha investigación médica, sino más seres conectados consigo mismos para que podamos escucharnos sin que el alma tenga que usar el cuerpo para hacerse escuchar.

Y es que a las enfermedades no se las combate, se las comprende. Sé que no nos resulta fácil, porque la sobrevaloración del cuerpo por sobre el alma aún es un tema pendiente, pero es posible. Y si es posible, porque ante el alma toda excusa pierde fuerzas.

Por eso, cuando la enfermedad nos visite, en la forma en que lo haga, atendamos el dolor físico primero y vayamos más profundo después, alineándonos con el alma, en esa parte de nuestra vida que es evidente que pide cambios, reonocelos dentro de ti y hazle caso y verás que la enfermedad sólo será un momento de enseñanza.

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