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Elegir o no elegir… Ahí está el dilema



“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, lo he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque “la aman” yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.”-Julio Cortázar Este párrafo de Rayuela es ideal para este tema, porque plasma nuestro constante elegir en la vida. Y es que, nos pasamos la vida eligiendo objetos, tomando decisiones, seleccionando amistades. Eso en teoría, porque la mayoría de las veces es la vida la que elige por nosotros. Y en el amor creo que somos aún peor en esto de andar eligiendo, forzosamente tengo que estar de acuerdo con Cortázar. Aquél que dice que elige esposa, no está enamorado de nadie, porque tomar una decisión de estas va mucho más allá del aspecto físico o la situación económica.

Se pueden elegir las palabras pero no la forma de mirar. Se puede elegir el paraguas que nos protegerá de la lluvia, pero no la lluvia, ni el viento, ni el sol. Se puede elegir un libro, una película, pero nunca lo que nos hace sentir ni cómo nos veamos reflejados en ellos. Pero no todos creen lo mismo. O, por lo menos, hay quienes aconsejan tener en cuenta que el amor ciego no siempre es el mejor, que a veces conviene resguardarse de una relación poco saludable.

Entre quienes no están de acuerdo con Cortázar se encuentra el psicólogo Walter Riso, quién en algún momento nos presentó su "Manual para no morir de amor”. "El amor tiene una inercia que puede llevarte a cualquier sitio si no intervienes y ejerces tu influencia", asegura Riso en su libro. No es lo mismo el amor que el enamoramiento, agrega, y explica que para que una relación de pareja funcione tienen que existir tres elementos. "Eros, que es el deseo, la atracción. El segundo es la filia, la complicidad, la amistad, proyectos y sentimientos parecidos. Por último, el ágape, que es el cuidado del otro, la ternura, la compasión”.

En esto yo estoy muy de acuerdo con Riso, porque sostener una relación sana, satisfactoria y feliz no se logra naturalmente. Para estar bien en pareja hay que gestionar al amor, hay que tener habilidades y esforzarse para sostenerlo. Pero, esto de sostener y esforzarse es referido a una relación sana, porque muchas veces confundimos los términos y pensamos que tenemos que aguantar maltratos, infidelidades y quien sabe cuántas cosas porque pensamos que así estamos luchando y trabajando por la relación.

Para elegir una pareja, lejos de dejarse llevar por ese rayo que te atraviesa, al decir de Cortázar, hay que elegir bien, dice Riso. "El amor te atraviesa, pero uno lo procesa. Hay que tomarse tiempo, pensar. Si se sufre en una relación, hay que salirse de ella. Hay separaciones que son para festejar", agrega Riso. En su libro, hay una serie de principios para no quedar entrampado en una relación tóxica. "Desear algo está bien, necesitarlo no", dice el autor, ya que si uno depende del otro no puede amarlo.

Acá te dejo los 10 principios para una supervivencia efectiva, según Walter Riso.

1.Si ya no te quieren, aprende a perder y retírate dignamente.

2.Casarse con el amante es como echarle sal al postre.

3. ¿Ni contigo ni sin ti? ¡Corré lo más lejos posible!

4. El poder afectivo lo tiene quien necesita menos al otro.

5.No siempre un clavo saca a otro clavo: a veces los dos quedan adentro.

6. Evita el sacrificio irracional: no te anules para que tu pareja sea feliz.

7. Si el amor no se ve ni se siente, no existe o no te sirve.

8. No idealices al ser amado: míralo como es, crudamente y sin anestesia.

9.El amor no tiene edad, pero los enamorados sí.

10. Algunas separaciones son instructivas: te permiten saber lo que no quieres del amor.

Quizás estos dos autores estén alejados en su concepto de amor, pero lo que está claro es que la visión de ambos es verdadera y que nosotros podemos encontrar un equilibrio entre ellas.

Debemos aprender la manera de aplicarlo a nuestras vidas y tratar de vivir mejores relaciones y más saludables, sobre todo eso saludables, porque muchas veces lo que nos cuesta es despertar a la realidad y hacer lo que hace tiempo debimos hacer.

Nunca olvides, en tu relación de pareja la persona más feliz debe ser tú, debes estar pleno, sin angustias, sin miedos, por eso, primero trabaja en TI, descubre tus procesos, sana tus memorias del pasado, perdona y evidentemente mejorarás la relación más larga que puedas tener con alguien en tu vida y es contigo mismo.

Una vez hagas esto, serás capaz de saber, sentir y decidir si la persona que está a tu lado debe seguir o no. Porque si alguien debe cambiar, evidentemente tienes que ser TÚ.

Entonces, sí si debemos elegir, no al amor ni a la persona, debemos elegirnos a nosotros mismos viviendo en una relación llena de armonía y bienestar.

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