Agradecer tiene todo que ver con apreciar, valorar y vivir en el presente. Eso significa aprender a hacer las paces con el hecho de que la vida en general no es como nosotros creemos que debería de ser. No en vano, las expectativas y nuestra oivisión de la realidad influyen de forma determinante en nuestra capacidad de agradecer. Sin embargo, la gratitud es un músculo. A medida que la entrenamos, cada vez percibimos más cosas por las que sentirnos agradecidos.
Cuando dices: "Gracias" se unen el cielo y la tierra… Tiene el poder de tocar y despertar tu centro más íntimo… Limpia, purifica y sana el lastre mental, emocional y físico.
La expresión "gracias", no es un formalismo, sino una especie de mantra que te contacta con lo sagrado que existe dentro de ti y tu entorno.
La auténtica gratitud nace del aprendizaje derivado de todo lo que hemos vivido. Para desarrollarla, tenemos que ser capaces de modificar nuestra manera de pensar, dejando de interpretar todo lo que nos sucede como problemas para comenzar a ver las oportunidades de aprendizaje que hay detrás de cada situación complicada.
Cuando agradezco es porque recibí algo, lo cual significa que el universo ha proveído. Cuanto más concienticemos el hábito del agradecimiento sincero sin esperar retribución, más abundancia creamos en nuestras vidas ya que es como regar nuestro campo magnético o nuestro poder de atracción, teniendo siempre confianza que el Universo, Dios, Nuestro Ser Superior o como queramos llamarlo sabe lo que hace y nos brinda exactamente lo que necesitamos en el momento presente. Pensamos que lo que necesitamos siempre se nos ofrece. Vibramos confianza, certeza de que todo está bien. Agradezco cada situación que me muestra algún área personal para rever y crecer. Agradezco el proceso de la vida. Vivo conectado/a a mis emociones y a la fuente (Dios, Universo, Ser Superior) que jamás me abandona. Tal vez nosotros no entendamos ciertas señales o mensajes al principio pero si nuestra confianza existe y nos entregamos a la vida ávidos de crecer espiritualmente, empezaremos de a poco a comprender ciertas situaciones que vivimos y el aprendizaje que se encuentra detrás de cada una de ellas. • Gracias por aprender algo nuevo hoy. • Gracias por recibir esta información. • Gracias Universo/Dios/Vida por acompañarme siempre. • Gracias a mis Ángeles/guías por estar conmigo. • Gracias por el día de hoy. • Gracias por el techo que me protege. • Gracias por la salud de aquellos que amo. Agradecer me recuerda cuan afortunado/a soy, especialmente en esos momentos que creo no serlo. ¡Gracias!
Sentémonos unos minutos a pensar cuan afortunados somos. Respiremos profundo. Quedémonos unos segundos simplemente conectados con nuestra respiración. Dejemos que nuestro corazón hable. Agradezcamos este momento con nosotros mismos. Gracias por este momento. Gracias por…
Trataré de apreciar también lo que vivo como problemas, lo que crítico y tanto me debilita.
Apreciaré la oportunidad que mis obstáculos me presentan en mi vida para crecer.
Aprecio mis limitaciones que me muestran que aéreas debo trabajar.
Aprecio mi mal humor que me pide a gritos quizás un cambio.
Aprecio mi pesimismo y me despido de él agradeciéndole mostrarme lo que no quiero en mi vida y por ende me inspira a crear un cambio optimista.
Aprecio y agradezco.
Me armonizo cada vez más cuando estoy en un estado de apreciación.
Mi energía se estabiliza, se potencializa. Me siento mejor.
Así es como debo empezar a hacer desde hoy, porque cuando agradezco soy más conciente de lo que tengo y por lo que voy