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Libertad... Es aquella que tú te das



“Fuera de la noche que me cubre,

Negra como el abismo de polo a polo,

Agradezco a cualquier Dios que pudiera existir

Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de la circunstancia

Ni he gemido ni he gritado.

Bajo los golpes del azar

Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas

Es inminente el Horror de la sombra,

Y sin embargo la amenaza de los años

Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,

Cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:

Soy el capitán de mi alma”- William Ernest Henley

Empiezo este post con el Poema Invictus, escrito en 1875 por poeta inglés William Ernest Henley, muchos de nosotros seguramente asociamos la frase: “Soy el amo de mi destino… Soy el capitán de mi alma” con Nelson Mandela, y en muchas ocasiones hasta podríamos asegurar que es de su autoría, pero ésta era la frase que se repetía día tras días para darse fuerzas y seguir el camino que había decidido para él.

Para nadie es un secreto los méritos políticos y humanitarios de Mandela (la lucha contra el apartheid, por los derechos humanos) pero, lo que siempre me ha sorprendido es su historia personal, su capacidad de soportar lo insoportable. Y, sobre todo, su capacidad de perdón. Además era súper listo e inteligente. Supo utilizar su ejemplo y su padecimiento con inteligencia, alejando la ira (que sería muy comprensible que hubiera sentido, y que quizá sintió) hacia quienes le mantuvieron en la cárcel durante 27 años, y utilizando el perdón como un arma práctica que llevó a la reconciliación de su país, Sudáfrica.

Para mí es magnífico poder citarte este ejemplo de tesón, lucha y ganas de seguir adelante, porque es la esencia de lo que siempre con mis escritos quiero enseñarte, porque nunca se trata de lo que sucede en el momento, va más relacionado a como TÚ reaccionas, como superas lo sucedido, como perdonas, como a pesar del dolor transformas tu vida, como a pesar de las circunstancias puedes aprender, como simplemente tú mismo puedes decidir seguir adelante.

Sí, aquí viene a nuestro pensamiento, “es muy difícil lograrlo”, “ojalá y sea tan fácil como se lee”, ahora te pregunto: ¿Por qué necesitas que sea fácil? Sólo necesitas apalancarte en tus deseos de vivir de una manera diferente, soltar tus apegos, cambiar tu visión, entender que algo definitivamente tienes que aprender y sobre todo TRANSFORMAR.

Al igual que Mandela, el escritor de este Poema William Henley, demostraba que este no fue una obra simple de su inspiración, era una expresión de su actitud ante las dificultades de la vida. Pues, sufrió tuberculosis desde los 12 años, tuvo que pasar un año entero postrado en una cama y en algún momento de su enfermedad tuvieron que amputarle una pierna a raíz de la misma.

Henley, no se hundió, no dejó de hacer cosas. Él hizo todo lo contrario, a pesar de su difícil situación y teniendo todo a favor para estar deprimido, desde la cama de un hospital se convirtió en uno de los más afamados poetas de su época.

El problema de la mayoría de nosotros es que, nos dejamos ganar por el miedo, nos detenemos ante las dificultades, en lo que no tenemos, en lo que se fue, nos llenamos de fatalidad, dolor, decepción, falta de compromiso con nosotros mismos, y no nos permitimos la libertad de luchar por tener una vida mejor, como Mandela o Henley lo hicieron, no se detuvieron en sus dificultades, siempre trabajaron en ser mejor, por muy difícil que pareciera.

No te dejes ganar por el miedo, la oportunidad está en tus manos… Sólo TÚ puedes darte Libertad.


“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es que somos inconmensurablemente poderosos.

Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, encantador, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres para no serlo?

Eres una criatura de Dios. Jugar a ser insignificante no le sirve al mundo.

No hay nada inspirador en encogerse para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor. Hemos nacido para dejar de manifiesto la gloria de Dios que hay dentro de nosotros.

Que no está sólo en algunos, sino en cada uno de nosotros.

Y, al dejar que nuestra propia luz brille, inconscientemente, les damos permiso a otros para que hagan lo mismo.

Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia, automáticamente, libera a otros”- Nelson Mandela.

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